La franquicia es uno de los modelos de negocio con más auge en los últimos tiempos; algo que se ha extendido también al sector salud y bienestar, con grandes cadenas abriendo nuevas sucursales en muchas ciudades gracias al interés de los franquiciados. Si estás pensando en abrir una clínica y no sabes si montar una de esas franquicias de salud, en este post te desvelamos los pros y contras de este tipo de negocio.
Imagen de marca: El franquiciado forma parte de una marca que ya tiene una reputación y notoriedad entre el público.
Rápida puesta en marcha: El franquiciado no parte desde cero, cuenta con la ayuda de la franquicia para abrir la clínica en el menor tiempo posible.
Know How: En muchos casos la apertura de una clínica de franquicia implica una extensiva formación a cargo del franquiciado, que transmite sus conocimientos y claves de éxito al franquiciado.
Soporte: Franquicia y franquiciado establecen una relación duradera en el que el franquiciador brinda soporte constante al franquiciado.
Menor riesgo económico: El riesgo económico es menor con la franquicia que empezando un negocio por su cuenta-.
Propiedad: el franquiciado no es propietario de la marca.
Costes: Además de los derechos de entrada, en la mayoría de los casos el franquiciado tiene que abonar parte de sus beneficios de forma permanente y puntual en la mayoría de los casos.
Libertad: cada franquicia decide dar más o menos libertad a sus franquiciados, pero siempre existirá cierto grado de control lo que a veces limita la libertad de actuación.
Vinculación: la franquicia estará vinculada siempre a la imagen de la marca. Eso significa que si de repente la marca tiene problemas de reputación su mala fama afectará a todos los franquiciados.
La revista Emprendedores da las inversiones iniciales para empezar con una franquicia en nuestro país:
Entre las franquicias más conocidas destacan Naturhouse en nutrición, Alain Afflelou, en ópticas o Edades, una franquicia especializada en el sector de la ayuda a domicilio y cuidado de mayores.