En ocasiones los médicos no pueden hacer nada para salvar a un paciente pero en muchos casos sí se puede hacer algo por aliviar su sufrimiento. Es entonces cuando entran en juego los cuidados paliativos, una labor que se remonta siglos atrás. En este post hacemos un breve repaso por la historia de los cuidados paliativos.
Según los expertos, el concepto de cuidados paliativos empezó con los hospicios, palabra que deriva del latín hospes que se refiere tanto a anfitrión como a invitado.
Los hospicios florecieron en Europa a partir del siglo XI como lugares de hospitalidad para enfermos, heridos o moribundos, así como para viajeros y peregrinos. Su mayor punto de expansión ocurrió en Francia durante el siglo XVII a manos de organizaciones benéficas religiosas.
Fue la doctora británica quien fundó el actual movimiento de cuidados paliativos. En 1948, cuando era una enfermera de 20 años, se enamoró de un paciente polaco que se estaba muriendo de cáncer. Tras su muerte, Saunders decidió comenzar un hogar u hospital para aliviar el sufrimiento físico y emocional de las personas que se estaban muriendo.
Decidida a comprender las mejores formas de controlar el dolor, Saunders se convirtió en médico y en 1967 abrió St Christopher’s Hospice en Sydenham, en el sudeste de Londres. La doctora Saunders basó su concepto de cuidados paliativos en torno a la creencia de que morir es tan natural como nacer y de que los últimos días de vida de una persona podían ser dignos y felices.
Su enfoque del manejo del dolor era simple: el dolor constante necesita un control constante. Los analgésicos debían administrarse con regularidad para prevenir el dolor, en lugar de aliviarlo, y deberían usarse progresivamente según fuera necesario, de leve a fuerte. Las necesidades de cada paciente eran individuales y específicas, y su cuidado debía desarrollarse en consecuencia, con apoyo extendido a su familia y cuidadores.
La especialidad de medicina paliativa se reconoció por primera vez en el Reino Unido en 1987, un momento clave en el cambio más amplio de la atención «terminal» hacia el concepto de cuidados paliativos. Junto con el reconocimiento de los cuidados paliativos surgió el impulso de trasladar estos cuidados a etapas más tempranas en la progresión de la enfermedad, integrándola con la medicina curativa y la rehabilitación.
La Organización Mundial de la Salud calculó en 2012 que más de 40 millones de personas necesitaban cuidados paliativos y que con los cuidados paliativos adecuados se podría evitar el sufrimiento de estas personas. Por otro lado, un estudio de 2006 encontró que aproximadamente la mitad de los países del mundo ofrecen algún tipo de servicio de cuidados paliativos.
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