Internet y salud, una relación que ha empezado hace poco y cuyas consecuencias son aún imprevisibles. Lo que está claro es que internet ha cambiado las cosas, empezando por la forma en cómo se comparte y se accede a la información.
Desde la aparición de los motores de búsqueda, redes sociales, y el acceso ubicuo a internet a través de dispositivos como teléfonos inteligentes y Tablet PC o portátil, se dispone de información al alcance de la gente a cualquier hora del día.
Teniendo en cuenta lo fácil que es buscar en Google cosas como tos fuerte «, no es de extrañar que muchas personas hagan un intento de auto-diagnóstico utilizando Internet antes que esperar en un hospital u ambulatorio para consultar a los profesionales.
No cabe duda de que el flujo de información ha cambiado de manera fundamental, y los médicos tienen menos control sobre la información de salud que se transmite a los pacientes. Este cambio de paradigma ha suscitado variadas ya veces contradictorios puntos de vista sobre el valor de Internet como una herramienta para mejorar la atención de salud.
La Información de salud en internet también presenta algunas dificultades inherentes. El control de calidad sigue siendo un reto. La información de salud mal puede ser muy perjudicial. Los pacientes pueden confiar en informaciones engañosas o tomar decisiones de salud importantes basadas en historias sensacionalistas. Por ello es importante poner a disposición de los internautas para diferencias la información veraz del resto, además de retirar los contenidos que sean manifiestamente perjudícales para la salud.
Por otro lado, la información de salud disponible en internet puede aumentar el conocimiento de los pacientes sobre su estado y permitir que participen así en las estrategias de toma de decisiones de salud. Las consultas en línea pueden complementar y utilizarse en sinergia con las interacciones médico-paciente en la clínica, que a menudo tienen un tiempo muy limitado.
Los pacientes tienen ahora la capacidad de encontrar respuestas para las preguntas que hayan olvidado hacer al médico, así como la oportunidad de explorar temas sensibles o embarazosos en la comodidad y privacidad de su propio hogar. Por otra parte, a través de sitios web centrados en el paciente, blogs y comunidades de apoyo emergente, los pacientes pueden compartir sus experiencias personales. Este tipo de información podría ayudar a los pacientes a ser mejor informados sobre su enfermedad, y también reducir los sentimientos de soledad y aislamiento.