Cada cierto tiempo aparecen en los medios nuevas noticias sobre proyectos de telemedicina. Sin embargo, aunque hace tiempo que se habla de ella, parece que la telemedicina en nuestro país no acaba de despegar, ¿o no? Eso nos lleva a preguntarnos, ¿Cuál es la situación real de la telemedicina en España?
La telemedicina se define como “la prestación de servicios de medicina a distancia”. Eso incluye consultas por videoconferencia, implantación del historial médico electrónico o transmisión de datos médicos a distancia, por citar unos pocos ejemplos. El nacimiento de la telemedicina viene impulsado por el auge de las tecnologías de la información y comunicaciones.
Lo cierto es que la telemedicina sufre un avance desigual. Por un lado el 97% de las historias clínicas ya están digitalizadas, y se prevé que en el 2016 todas las recetas serán electrónicas. Por otro lado, las aplicaciones de teleasistencia, que son las que más notarían los ciudadanos de a pie, aún no se han generalizado y en su mayoría se dan en proyectos piloto. A pesar de lo cual, ll número de usuarios de teleasistencia en España alcanzó los 400 mil usuarios entre 2002 y 2008.
El interés por la telemedicina tiene que ver, y mucho, con la situación actual de la sanidad española. El gasto sanitario público supuso el 6,4% del PIB en 2011 y el 7,23% en 2013; asimismo las previsiones lo elevan al 8,3% del PIB en 2020. El envejecimiento de la población y la cronificación de enfermedades hace que cada vez haya en España más pacientes que necesitan una atención médica continua (crónicos y dependientes).De no tomar medidas, el gasto sanitario se dispararía hasta niveles insostenibles en poco tiempo. La pregunta es cómo reducir el gasto sanitario sin empeorar la calidad asistencial; y la respuesta es mejorando la eficiencia el sistema, algo en lo que la telemedicina tiene mucho que decir.
Potenciar la telemedicina podría suponer disminuir el gasto sanitario hasta en el 20%. Las aplicaciones de la telemedicina con más potencial de ahorro son las de telerradiologia (transmisión de imágenes diagnosticas a distancia y en tiempo real), seguimiento domiciliario de crónicos y dependientes, y teleconsultas. Su uso ahorraría millones solo en desplazamientos innecesarios (con la comodidad que supone para el paciente no tener que desplazarse hasta el centro hospitalario).
Un estudio realizado por la consultora Cap Gemini cifra en unos 4000 millones de euros el dinero que podría mover la telemedicina en España durante el próximo año. Una cifra lo suficientemente jugosa como para que las consultoras vean en la telemedicina una interesante oportunidad de negocio.
Tanto el sector sanitario como el tecnológico tienen interés en dar un impulso definitivo a la telemedicina en España. Pero, ¿Qué opinan los pacientes? La mayoría ve con buenos ojos el empleo de la telemedicina. Aquí van algunos datos:
Negocio para las empresas tecnológicas; ahorro y eficiencia para las autoridades sanitarias; y comodidad y un mayor control sobre su salud para los pacientes. Todo hace indicar que la telemedicina seguirá su lento pero imparable avance en España.