Teleasistencia es el término que define los servicios que ofrecen atención domiciliaria a distancia a personas mayores, enfermos crónicos y a discapacitados. Los servicios de teleasistencia domiciliaria están experimentando un gran auge principalmente por varios motivos:
En su forma más simple, la teleasistencia se puede referir a un teléfono fijo o móvil con una conexión a un centro de control a través del cual el usuario puede dar la alarma. Sistemas tecnológicamente más avanzados utilizan sensores capaces de supervisar toda una serie de riesgos potenciales (inundaciones, incendios….).
Existen sensores como el acelerómetro, capaces de detectar caídas. En realidad lo que detectan son aceleraciones repentinas, como la que sufre un cuerpo cuando se cae. La persona puede llevar el detector en un collar, una muñequera o incluso camuflado en el reloj y el dispositivo se activará si la persona sufre una caída, enviando una señal al hospital para que manden a alguien a ver que ha ocurrido.
Otros sensores que pueden usarse el teleasistencia son los de movimiento. Estos pueden resultar muy útiles proporcionando soporte a los cuidadores. Por ejemplo, avisándoles cuando el paciente con Alzheimer pretenda salir de la casa. Para evitar los casos de personas mayores pérdidas también son cada vez más frecuentes las pulseras localizadoras, que permiten conocer su ubicación en cualquier momento.
Un estudio realizado en Reino Unido para cifrar los resultados de la teleasistencia arrojó los siguientes resultados:
Sin duda, en el futuro veremos como la asistencia hospitalaria se traslada desde el centro médico a nuestras casas.