Entendemos por ayuda técnica un utensilio o artefacto (objeto físico) diseñado para compensar una deficiencia o discapacidad bien sustituyendo una función o bien potenciando los restos de la misma. Las tecnología asistivas se valen del uso de las ayudas técnicas para suplir o mitigar las desventajas de las personas con discapacidad, permitiéndoles su equiparación, en lo substancial, con el resto de miembros de la sociedad.
Los recursos de tecnologías asistivas pueden clasificarse según:
El diseño es la “determinación de las cualidades formales y atributos a reunir por un objeto, una herramienta, un proceso, o una situación… para cumplir plenamente con las expectativas de su uso. Un buen diseño es esencial para que un producto u objeto sea usable.
La ergonomía trata de alcanzar el mayor equilibrio posible entre las necesidades/ posibilidades del usuario y las prestaciones/requerimientos de productos, actividades y servicios. En principio el diseño ergonómico se orientó al usuario medio, pero después surgió el diseño para todos que tenía en cuenta la diversidad de posibles usuarios, incluidos aquellos con discapacidad.
Según la OMS la discapacidad es “Toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano”.
La cognitométrica estudia de forma indirecta los procesos cognitivos implicados en el aprendizaje, la adquisición y aplicación de habilidades mediante la evaluación cuantitativa de los mecanismos de gestión de la atención.
Una forma que se ha demostrado efectiva para evaluar el grado de atención es el estudio del sistema de control oculomotor. Basado en esto se han desarrollado las técnicas de eye-tracking que permiten conocer dónde se dirige la atención de una persona siguiendo el movimiento de sus ojos. Las aplicaciones de eye-tracking se han disparado en número en los últimos años y se usan en muchos ámbitos, desde el marketing hasta la clínica.