La relación médico-paciente siempre ha sido uno de los pilares de la atención sanitaria pero este pilar ha sufrido profundos cambios importantes en los últimos años. En la década de los 60 las indicaciones del médico eran incuestionables para el paciente, que solo se informaba de su condición a través de la consulta. Hoy en cambio los pacientes toman un enfoque mucho más activo en el cuidado de su propia salud, pasando a una relación colaborativa con el paciente.
En este post analizamos los diferentes tipos de comunicación en la relación médico-paciente que podemos encontrar hoy día.
A veces hay poca incertidumbre sobre el mejor curso de tratamiento y el médico se siente justificado para dar una dirección muy clara. También hay ocasiones en que el paciente prefiere que le digan qué tiene que hacer. A veces la carga de tener que sopesar las diferentes opciones es demasiado grande, especialmente cuando las consecuencias pueden ser graves o uno se siente demasiado mal.
Uno de los problemas de adoptar un enfoque muy directivo es que si el tratamiento no funciona según lo previsto o sus efectos secundarios son muy desagradables el paciente puede sentirse decepcionado o, al menos, no estar preparado para las consecuencias.
Como su nombre indica, en este tipo de relación el médico toma un papel casi paternal, con los valores de autoridad y protección ligados a este concepto. El médico tiene claro cuál es la dirección del tratamiento pero al mismo tiempo se muestra comprensivo y amable ante las dudas del paciente. Cuando este tipo de relación se maneja de forma adecuada el paciente se siente más protegido ante una realidad difícil de afrontar.
En este estilo de consulta, tanto el médico como el paciente pueden llevar la iniciativa en la relación, debatiendo las distintas opciones de tratamiento y e intentando convencerse mutuamente de sus puntos de vista. Cuando se maneja bien, la negociación puede desactivar posibles conflictos entre ambas partes.
En este tipo de relación, está claro que el paciente o cuidador debe tomar una decisión, pero los profesionales de la salud se involucran para hacerles ver que no están solos. Las decisiones de atención médica que involucran elecciones basadas en valores, o aquellas que involucran la salud de otras personas, se pueden llevar con este tipo de enfoque.
Este enfoque se encuentra en el extremo opuesto al paternalismo. Los pacientes que adoptan un enfoque auto dirigido asumen una responsabilidad mucho mayor por sus decisiones de salud que en cualquiera de los otros enfoques mencionados anteriormente. Este enfoque implica un compromiso considerable del paciente por lo que es habitual en enfermedades que amenazan la vida.
No hay ningún tipo de comunicación que pueda tomarse como estándar. El enfoque ideal dependerá de cada caso concreto.