En este blog ya hemos hablado más de una vez sobre el secreto profesional médico, pero si este secreto es fundamental para los médicos, lo es incluso más para los enfermeros, ya que son ellos los que pasan más tiempo con el paciente. Así pues, el secreto profesional en enfermería es clave para que los pacientes se sientan a gusto con el personal sanitario que les trata.
Todos los profesionales de la salud dentro del sistema de salud están obligados por el secreto profesional. No solo los médicos, también enfermos, auxiliares, técnicos y en general cualquiera que tenga contacto con el paciente.
El principio fundamental es que nadie en el sistema de salud está autorizado a divulgar información sin el consentimiento del paciente. Esto se aplica a cualquier información sobre la enfermedad de un paciente, el tratamiento, o su situación personal.
La obligación de secreto profesional de enfermería está regulada por el acceso público a la información, y quien lo rompa puede enfrentarse a todo tipo de sanciones.
Las leyes indican que ni siquiera los familiares del paciente tienen derecho a saber lo que está pasando o se dice en el hospital a menos que el paciente quiera que se sepa. Los profesionales de la salud suelen pedir a los pacientes que les permitan dar información si es necesario.
El origen del secreto profesional en medicina hay que buscarlo Hipócrates, considerado padre fundador de la medicina e inspirador del juramento Hipocrático. En ese mismo juramento se pueden leer estas líneas:
Todo lo que habré visto u oído durante la cura o fuera de ella en la vida común, lo callaré y lo conservaré siempre como secreto, si no me es permitido decirlo. Si mantengo perfecta e intacta fe en este juramento que me sea concedida una vida afortunada y la futura felicidad en el ejercicio del acto, de modo que mi fama sea alabada en todos los tiempos; pero si fallara el juramento hubiera jurado en falso, que ocurra lo contrario.
Sin embargo, fue el Juramento de Florence Nightingale, madre de la enfermería moderna, donde se hacía referencia al secreto médico en las enfermeras que se dedican al cuidado de enfermos:
Juro solemnemente ante Dios, en presencia de esta asamblea, llevar una vida pura y ejercer mi profesión con devoción y fidelidad. Me abstendré de todo lo que sea perjudicial o maligno y de tomar o administrar a sabiendas ninguna droga que pueda ser nociva a la salud. Haré cuanto esté en mi poder para elevar el buen nombre de la profesión y guardar inviolable el secreto de las cuestiones que se me confíen y los asuntos de familia que me entere en el desempeño de mi cometido, con lealtad procuraré auxiliar al facultativo en su obra y me dedicaré al bienestar de los que están encomendados a mi cuidado.
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