El torno dental o taladro odontológico es una de las herramientas más usadas en la consulta del dentista (y posiblemente la que más temor despierta en los pacientes). Si tienes curiosidad por saber cómo funciona este aparato o desde cuando se utiliza, sigue leyendo, porque a continuación te contamos todos los secretos del torno de dentista.
En los inicios de la odontología los dientes con caries se extraían sin contemplaciones. El primer taladro dental apareció en el año 9000 a.C. y fue un invento de la civilización del Valle del Indo. En realidad se trataba de un taladro de arco en el que se cree que trabajaban los artesanos, ya que su uso principal era la producción de joyas.
Para encontrar el siguiente paso en el desarrollo de los taladros dentales hay que avanzar muchos años en el tiempo, hasta los taladros manuales mecánicos. El primer taladro mecánico de pie fue construido por John Greenwood en 1790, inspirándose en una rueda de hilar accionada por el pie. Era un taladro lento e incómodo de usar tanto para el dentista como para su paciente.
El taladro dental mecánico fue inventado en 1864 por el dentista británico George Fellows Harrington. Era mucho más rápido que los taladros manuales, pero también era bastante ruidoso, así que no tuvo mucho éxito. En 1868 el dentista estadounidense George F. Green inventó el taladro dental neumático, que funcionaba con un fuelle accionado por un pedal.
El taladro de fresa a pedal apareció en 1871 de la mano de James B. Morrison. Su máquina accionada con el pie funcionaba según el mismo principio que la máquina de coser de pedal y alcanzaba las 2.000 revoluciones por minuto (rpm), lo que permitía una eliminación eficaz de la caries.
El primer taladro dental eléctrico fue patentado en 1875 por el Dr. Green y en 1914 los taladros dentales eléctricos podían alcanzar velocidades de hasta 3.000 rpm. En las décadas de 1950 y 1960 se produjo una segunda oleada de innovaciones, que incluyó el desarrollo del taladro de turbina de aire, que funciona con aire comprimido y que puede alcanzar hasta 500.000 rpm.
En la actualidad los tornos dentales funcionan principalmente mediante motor eléctrico o motor de turbina, y son mucho más rápidos, eficaces y seguros que sus predecesores. Aunque como ocurre en el caso de la historia clínica dental, los cambios son continuos y ya se habla de la próxima generación de tornos con láser.
En odontología, el torno dental es un aparato de mano que dispone de un pequeño motor eléctrico. Al torno se le pueden acoplar distintas herramientas y fresas rotatorias para que el dentista trabaje sobre la dentadura del paciente.
Sus funciones son múltiples y van más allá de “hacer agujeros”, aunque desde luego ese es uno de sus usos más frecuentes. Podemos destacar las siguientes:
El taladro dental es uno de los avances tecnológicos más útiles para la salud bucodental de todos los tiempos.
Las nuevas tecnologías y el uso de anestésicos ha hecho que el uso del taladro dental sea mucho más llevadero. Por tanto no hay que tener miedo de pasar por el torno del dentista, ya que en el peor de los casos la experiencia será más molesta que dolorosa.
Además del motor (que como dijimos antes puede ser eléctrico o de turbina), los otros componentes principales de los taladros dentales actuales son una pieza de mano ergonómica, engranajes y una broca de tungsteno, también conocida como fresa. Existen distintos tipos de fresas que pueden acoplarse y desacoplarse al taladro, y que se usan en función de las necesidades del procedimiento: eliminación de caries, pulido de dientes, perforaciones…
En el interior de la pieza de mano del taladro hay una serie de ejes de transmisión y engranajes que transmiten el movimiento de rotación desde la fuente de alimentación hasta la broca de tungsteno situada en el extremo del cabezal. Las fresas con motor eléctrico pueden girar a unas 30.000 rpm. En el caso de una broca con motor de turbina, un compresor convierte el aire a presión en energía mecánica que hace girar la fresa a más de 300.000 rpm.
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